Publicado por Super User el Martes, 13 Abril 2021

El cambio climático es la mayor amenaza sanitaria global a la que se enfrenta el mundo en el siglo XXI, pero también es la mayor oportunidad para redefinir los determinantes sociales y medioambientales de la salud.

En 2015, los países se comprometieron a limitar el calentamiento global a "muy por debajo de 2 °C" como parte del Acuerdo de París para limitar los daños causados por el cambio climático.

Los informes de The Lancet Countdown sobre Salud y Cambio Climático se publican anualmente y surgen de una colaboración internacional y multidisciplinar dedicada a supervisar la evolución del perfil sanitario del cambio climático y a proporcionar una evaluación independiente del cumplimiento de los compromisos asumidos por los gobiernos de todo el mundo en el marco del Acuerdo de París. En su elaboración participan más de 120 expertos de primera línea, entre los que se encuentran científicos del clima, ingenieros, economistas, políticos, profesionales de la salud pública y médicos de 35 instituciones académicas de primera línea y organismos de la ONU de todo el mundo, como la Organización Mundial de la Salud, la Organización Meteorológica Mundial, el Banco Mundial, el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades y muchas de las principales instituciones académicas del mundo.

Se analizan diversos indicadores estructurados en 5 secciones: 1) impactos, exposiciones y vulnerabilidades del cambio climático; 2) adaptación, planificación y resiliencia para la salud; 3) acciones de mitigación y beneficios colaterales para la salud; 4) economía y finanzas; y 5) participación pública y política.

A lo largo de los años y a la vista de los resultados obtenidos en cada informe, los indicadores de cada una de las secciones han ido evolucionando para reflejar mejor la situación real del planeta.  De este modo, se analizan con mayor fiabilidad los aspectos más críticos y se obtienen datos más precisos para el análisis y conclusiones.

Así, por ejemplo, en la sección 1: impactos, exposiciones y vulnerabilidades del cambio climático, los primeros informes mostraron cómo el cambio climático afecta a la salud a través de diversos mecanismos directos e indirectos, y en los años posteriores se desarrollaron indicadores para medir los resultados directos causados por el cambio climático en la salud.

Por otra parte, es evidente que el impacto del medio ambiente sobre la salud se produce en todas las partes del mundo, pero algunas regiones se ven más afectadas. Se incluyeron indicadores para poder analizar áreas específicas. Así, se observa a lo largo de los años que hay un empeoramiento en cuanto a la exposición a las altas temperaturas y a las precipitaciones, lo que a su vez influye negativamente en el rendimiento de los cultivos y en la propagación de enfermedades infecciosas. Algunos de los datos más devastadores:

  • De 2000 a 2018, la mortalidad relacionada con el calor en personas mayores de 65 años aumentó un 53,7%.
  • De 1950 a 2018, la idoneidad climática global para la transmisión del dengue aumentó un 8,9% para el Aedes aegypti y un 15,0% para el Aaedes albopictus.
  • De 1981 a 2019, los rendimientos de los cultivos han experimentado reducciones significativas: 5,6% para el maíz, 2,1% para el trigo de invierno, 4,8% para la soja y 1,8% para el arroz.

En la sección en la que se evalúa la adaptación, planificación y resiliencia, desde 2018 se observa una evolución favorable en cuanto a la implicación de los sistemas sanitarios en la importancia del cambio climático en los problemas de salud. También  ha aumentado la investigación en torno a la salud y cambio climático.

Sin embargo la financiación gubernamental para la adaptación sanitaria sigue siendo escasa y también sería necesario trabajar conjuntamente para dar una respuesta integral y más empeño para pasar a la acción y no quedarse en la planificación de estrategias. Uno de los hitos que se puede aprovechar en este sentido es COVID-19. Muchos de los cambios introducidos en tiempo récord para adaptarse a esta situación se pueden aprovechar en la crisis del cambio climático que afecta a la salud.

En cuanto a las acciones de mitigación y beneficios colaterales para la salud evaluados en la sección 3 existen resultados dispares. Por un lado, existe un crecimiento significativo en la generación y uso de energías renovables, así como mejoras en el transporte eléctrico y de bajas emisiones. Sin embargo, lamentablemente, el sistema energénico de carbono permanece prácticamente inalterado, se necesitan grandes esfuerzos para descarbonizar principalmente los sectores agrícola y energético. Las acciones para cumplir con el Acuerdo de París y mantener el calentamiento por debajo de 2°C están siendo insuficientes.

Algunos datos concretos que reflejan esta alarmante situación:

  • En 2018, el suministro mundial de energía procedente del carbón fue un 1,2% mayor que en 2017 y un 74% mayor que en 1990.
  • El número mundial de muertes por exceso de consumo de carne roja aumentó a 990.000 muertes en 2017, un aumento del 72% desde 1990.

Una situación mucho más esperanzadora se observa en la sección 4: economía y finanzas, donde se puede ver que año tras año existe mayor implicación de la inversión mundial hacia una economía baja en carbono, pero esta tendencia se ha visto desacelerada en el año 2019, para alcanzar el cumplimiento del Acuerdo de París se debe aumentar el ritmo y la escala de la acción. Desafortunadamente en este punto también se sufrirá el impacto de COVID-19, los efectos económicos derivados de la pandemia continuarán en los próximos años.

Finalmente, en la sección 5: compromiso pública y política se ha podido observar un aumento del compromiso con la salud y el cambio climático en los medios de comunicación la ciencia y organismos como la ONU, pilares muy importantes a la hora de influir socialmente y, consecuentemente en la política de los distintos países. Se observa que el compromiso con la salud y el cambio climático sigue aumentando. Y lo que es más importante, en lugar de hablar del cambio climático y la salud como entidades separadas, se tratan cada vez más como un único problema. De hecho, la cobertura total del cambio climático aumentó sustancialmente de 2018 a 2019, pero el incremento fue aún más pronunciado para la cobertura de la salud y el cambio climático, que aumentó un 96% durante este período y ha aumentado considerablemente de 2007 a 2019.

 Esta perspectiva en la que se tratar el problema en conjunto se va generalizando muy lentamente, pero es muy importante manifestar e informar de estos estrechos vínculos entre salud y cambio climático para ser conscientes de la magnitud de esta situación y definir estrategias y soluciones que vayan encaminadas a la solución de este problema global.