Publicado por Super User el Viernes, 01 Enero 2021

El Informe The Lancet Countdown sobre Salud y Cambio Climático reúne el trabajo de un equipo de expertos de todo el mundo, multidisciplinar e independiente que evalúa cómo el cambio climático está afectando a nuestra salud.

Las conclusiones más importantes a cada unos de los bloques:

Sección 1: impactos, exposiciones y vulnerabilidades del cambio climático

El cambio climático afecta a la salud a través de diversos mecanismos directos e indirectos. Los indicadores que aquí se presentan ofrecen una visión general de algunos de estos efectos y captan la exposición, el impacto y las vulnerabilidades subyacentes. En el futuro, se desarrollarán indicadores para medir mejor los resultados sanitarios directos del cambio climático, además de la exposición y las vulnerabilidades. Los indicadores demuestran claramente que el impacto del medio ambiente en la salud se experimentan en todas las partes del mundo hoy en día y son imprescindibles las intervenciones tanto de adaptación como de mitigación para proteger y promover la salud pública.

Indicador 1.1: Efectos del cambio de temperatura en la salud. En 2000 y 2016, la exposición humana al calentamiento fue de aproximadamente 0,9 °C, más del doble del aumento de temperatura promedio del área global durante el mismo período.

Indicador 1.2: Efectos de las olas de calor en la salud. Entre 2000 y 2016, el número de personas vulnerables expuestas a olas de calor aumentó en aproximadamente 125 millones.

Indicador 1.3: Cambio en la capacidad laboral. Se estima que la capacidad laboral global en las poblaciones rurales expuestas a cambios de temperatura ha disminuido en un 5,3% entre 2000 y 2016.

Indicador 1.4: Letalidad de desastres relacionados con el clima. La frecuencia de desastres relacionados con el clima ha aumentado en un 46% de 2007 a 2016 (en comparación con el promedio de 1990?99), sin una clara tendencia al alza o a la baja en la letalidad de estos eventos extremos. 

Indicador 1.5: Tendencias sanitarias mundiales en enfermedades sensibles al clima. Las iniciativas sanitarias mundiales han mejorado el perfil de salud de las poblaciones de todo el mundo, una tendencia que se espera que el cambio climático no mitigue.

Indicador 1.6: Enfermedades infecciosas sensibles al clima. Las tendencias climáticas han provocado un aumento global de la capacidad vectorial de transmisión del dengue por parte de A aegypti y Aedes albopictus, del 3-0% y del 5-9%, respectivamente, en comparación con los niveles de 1990, y del 9-4% y del 11-1%, respectivamente, en comparación con los niveles de 1950.

Indicador 1.7: Seguridad alimentaria y desnutrición

Indicador 1.7.1: Vulnerabilidad a la desnutrición. El número de personas desnutridas en los 30 países más vulnerables (aquellos que son geográficamente vulnerables al clima, tienen niveles muy altos de desnutrición y tienen altos niveles de dependencia regional para la producción de alimentos) ha aumentado de 398 millones de personas en 1990 a 422 millones de personas en 2016.

Indicador 1.7.2: Productividad primaria marina. Se muestran los cambios en la temperatura de la superficie del mar y la salinidad de la superficie del mar desde 1985 hasta la actualidad para 12 lugares de pesca esenciales para la seguridad alimentaria acuática.

Indicador 1.8: Migración y desplazamiento de la población. El cambio climático es el único factor que contribuye a que al menos 4.400 personas se vean obligadas a emigrar, en todo el mundo. El número total de personas vulnerables a la migración podría aumentar a 1.000 millones a finales de siglo si no se toman medidas significativas contra el cambio climático.

 

Sección 2: adaptación, planificación y resiliencia para la salud

De la evaluación de los indicadores de esta sección se deduce que tanto la población como los sistemas sanitarios no están preparados a día de hoy para enfrentase en correctas condiciones a los impactos sanitarios del cambio climático.

Indicador 2.1: Planes nacionales de adaptación en materia de salud. 30 de los 40 países que respondieron a la encuesta tienen un plan o estrategia nacional de adaptación sanitaria aprobado por la autoridad sanitaria nacional correspondiente. 

Indicador 2.2: Evaluaciones de riesgo de cambio climático a nivel de ciudad. De las 499 ciudades que informaron en Proyecto de Divulgación de Carbono 2016, el 45% cuenta con evaluaciones de riesgo de cambio climático.

Indicador 2.3: Detección y alerta temprana de emergencias sanitarias relacionadas con el clima, preparación y respuesta a las mismas. Debido a la inversión centrada en la aplicación del Reglamento Sanitario Internacional de 2005, las capacidades nacionales pertinentes para la adaptación y la resiliencia al clima, incluida la vigilancia y la detección temprana de enfermedades, la preparación y la respuesta ante emergencias de salud pública relacionadas con múltiples peligros, y los recursos humanos asociados para desempeñar estas funciones de salud pública, han aumentado notablemente de 2010 a 2016 en todas las regiones del mundo.

Indicador 2.4: Servicios de información climática para la salud. De los 100 Estados miembros de la OMS que respondieron a una encuesta realizada en 2015 por la Organización Meteorológica Mundial, el 73% indicó que proporciona información climática al sector sanitario de su país.

Indicador 2.5: Evaluaciones nacionales de los impactos del cambio climático, la vulnerabilidad y la adaptación para la salud. Más de dos tercios de los países que respondieron a la encuesta han realizado una evaluación nacional de los impactos del cambio climático, la vulnerabilidad y la adaptación para la salud.

Indicador 2.6: Infraestructura de salud resiliente al clima. 16 de los 40 países que respondieron (40%) han realizado actividades para aumentar la resiliencia climática de su infraestructura sanitaria.

Sección 3: acciones de mitigación y co-beneficios para la salud

Los indicadores presentados en esta sección sirven para recordar la escala y el alcance de la mayor ambición necesaria para cumplir los compromisos del Acuerdo de París. Demuestran un mundo que apenas está comenzando a responder al cambio climático y, por lo tanto, apenas está desbloqueando las oportunidades disponibles para mejorar la salud.

Indicador 3.1: Intensidad de carbono del sistema energético.        A nivel mundial, la intensidad de carbono del suministro total de energía primaria de 55-56 toneladas de CO2/TJ ha permanecido estable desde 1990, lo que refleja el enorme reto mundial de la descarbonización del sistema energético. Esto ha ocurrido porque la reducción de la intensidad del carbono en EE.UU., Reino Unido y Alemania se ha visto compensada por un aumento de la intensidad del carbono en el suministro de energía en India y China.

Indicador 3.2: Eliminación del carbón. A nivel mundial, el suministro total de carbón primario ha aumentado de 92 EJ en 1990 a 160 EJ en 2015. Sin embargo, alcanzó su punto máximo en 2013 y ahora está disminuyendo rápidamente, con la cantidad de capacidad de energía de carbón prevista para la construcción de la mitad de 2016 a 2017.

Indicador 3.3: Electricidad con cero emisiones de carbono. La electricidad renovable ha aumentado en todo el mundo en más de un 20% desde 1990 hasta 2013. En 2015, la capacidad de energía renovable añadida superó a la de la nueva capacidad de combustibles fósiles, y el 80% de la capacidad mundial de energía renovable añadida recientemente se encuentra actualmente en China. El hecho de que las energías renovables desplacen a los combustibles fósiles (sobre todo al carbón) representa el inicio de la reducción de la morbilidad y la mortalidad por contaminación atmosférica, y un éxito potencialmente notable para la salud mundial.

Indicador 3.4: acceso a energías limpias. En 2016, entre 1.000 y 2.000 millones de personas no tenían acceso a la electricidad, y entre 2.000 y 7.000 millones dependían de la quema de combustibles sólidos inseguros, insostenibles e ineficientes.

Indicador 3.5: Exposición a la contaminación del aire ambiente. El 71% de las 2971 ciudades de la base de datos de la OMS no satisfacen las recomendaciones de la OMS sobre la exposición anual a las partículas finas.

Indicador 3.5.1: Exposición a la contaminación atmosférica en las ciudades   Las concentraciones de PM2-5 en la mayoría de las ciudades están muy por encima de la directriz anual de la OMS de 10 ?g/m2, con concentraciones especialmente altas en ciudades del centro, sur y este de Asia. Las concentraciones de PM2-5 superan la directriz en el 71,2% de las casi 3000 ciudades de la base de datos de la OMS. El 87,3% de las ciudades seleccionadas al azar en la base de datos de Entornos Urbanos Saludables Sostenibles tenían concentraciones de PM2-5 que superaban las concentraciones recomendadas. Los datos sugieren que la contaminación atmosférica ha disminuido en general en los entornos de altos ingresos en las últimas décadas, pero ha aumentado marginalmente en todo el mundo.

3.5.2: Contribuciones sectoriales a la contaminación atmosférica    El sector energético (tanto en su producción como en su uso) es la mayor fuente de emisiones de contaminación atmosférica provocada por el hombre, ya que produce el 85% de las partículas y casi todo el SO2 y NOx emitido en el mundo.

3.5.3: Mortalidad prematura por contaminación atmosférica por sectores. La OMS estimó que la contaminación del aire ambiente causa unos 3 millones de muertes prematuras en todo el mundo cada año. En algunos países como China, Corea del Norte y Corea del Sur, la agricultura contribuye en gran medida a las muertes prematuras.

Sector del transporte Los sistemas de transporte (incluidos los vehículos de carretera, el ferrocarril, el transporte marítimo y la aviación) son fuentes clave de emisiones de gases de efecto invernadero, y contribuyeron al 14% de las emisiones mundiales en 2010.

Indicador 3.6: Combustible limpio para el transporte. El uso de combustible para el transporte sobre una base per cápita ha aumentado en todo el mundo en casi un 24% desde 1990. Aunque la gasolina y el diésel siguen dominando, el uso de combustibles no convencionales se ha expandido rápidamente, con más de 2 millones de vehículos eléctricos vendidos entre 2010 y 2016.

Indicador 3.7: Infraestructura y uso  de viajes sostenibles. Los viajes sostenibles parecen estar aumentando en muchas ciudades europeas, pero las ciudades de las economías emergentes se enfrentan a retos de movilidad sostenible. Aunque los niveles de uso del transporte privado siguen siendo elevados en muchas ciudades de EE.UU. y Australia, los datos indican que están empezando a disminuir.

Indicador 3.8: Carne de rumiantes para consumo humano. La cantidad de carne de rumiantes disponible para el consumo humano en todo el mundo ha disminuido ligeramente, pasando de 12,09 kg/per cápita al año en 1990, a 11,23 kg/per cápita al año en 2013. La proporción de energía (kcal/cápita por día) disponible para el consumo humano procedente de la carne de rumiantes, en contraposición a otras fuentes, ha disminuido de 1,86% en 1990 a 1,65% en 2013.

Indicador 3.9: Emisiones del sector sanitario. No existe ninguna norma mundial sistemática para medir las emisiones de gases de efecto invernadero del sector sanitario, pero varios sistemas sanitarios del Reino Unido, Estados Unidos y de todo el mundo están trabajando para reducir su contribución al cambio climático.

Sección 4: economía y finanzas

Los indicadores presentados en esta sección pretenden destacar la situación de la economía y la financiación asociadas al cambio climático y la salud en cuatro temas: la inversión en una economía baja en carbono, los beneficios económicos de la lucha contra el cambio climático, la fijación de precios de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los combustibles fósiles y la financiación de la adaptación.

Muchas de las tendencias muestran un cambio positivo con el paso del tiempo, sobre todo en la inversión mundial en el suministro de energía con cero emisiones de carbono, la eficiencia energética, la nueva capacidad de producción de electricidad con carbón, el empleo en el sector de las energías renovables y la desinversión en combustibles fósiles. Sin embargo, el cambio es relativamente lento y debe acelerarse rápidamente para cumplir los objetivos del Acuerdo de París. 

Indicador 4.1: Inversiones en energía de carbono cero y eficiencia energética. La inversión proporcional en energías renovables y eficiencia energética aumentó en 2016, mientras que la inversión absoluta y proporcional en combustibles fósiles disminuyó y, fundamentalmente, dejó de representar la mayor parte de las inversiones anuales en el sistema energético mundial.

Indicador 4.2: Inversión en capacidad de carbón. Aunque la inversión en capacidad de carbón ha aumentado desde 2006, en 2016 esta tendencia cambió y la inversión disminuyó sustancialmente.

Indicador 4.3: Fondos desinvertidos en combustibles fósiles. El valor global de los fondos comprometidos con la desinversión en 2016 fue de 1 a 24 billones de dólares, de los cuales las instituciones de salud fueron de 2 a 4 billones; esto representa una suma acumulada de 5 a 45 billones de dólares (donde la salud representa 30 a 3 billones de dólares).

Indicador 4.4: Pérdidas económicas debidas a fenómenos extremos relacionados con el clima. En 2016, un total de 797 eventos dieron lugar a 129.000 millones de dólares en pérdidas económicas globales, con el 99% de las pérdidas en los países de bajos ingresos sin asegurar.

Indicador 4.5: Empleo en industrias con bajas y altas emisiones de carbono. En 2016 el empleo mundial en las energías renovables alcanzó los 9,8 millones de personas, mientras que el empleo en la extracción de combustibles fósiles tendió a la baja hasta los 8,6 millones de personas.

Indicador 4.6: Subvenciones a los combustibles fósiles. En 2015 las subvenciones al consumo de combustibles fósiles siguieron la tendencia observada desde 2012, disminuyendo notablemente hasta los 327.000 millones de dólares, principalmente como resultado de la disminución de los precios mundiales del petróleo.

Indicador 4.7: Cobertura y fuerza de la fijación de precios del carbono. En lo que va de 2017, diversos mecanismos de fijación de precios del carbono cubrieron el 13,1% de las emisiones antropogénicas mundiales de CO2, frente al 12,1% de 2016. Esto refleja una duplicación del número de jurisdicciones nacionales y subnacionales con un mecanismo de fijación de precios del carbono en la última década.

Indicador 4.8: Uso de los ingresos de la tarificación del carbono. El 40% de los ingresos públicos generados por la tarificación del carbono se destinan a la mitigación del cambio climático, con un total de 9.000 millones de dólares.

Indicador 4.9: Gasto en adaptación para la salud y actividades relacionadas con la salud. Sólo el 4,63% del gasto total de adaptación en el mundo (16,46 billones de dólares) se destina a la salud y el 13,3% (47,29 billones de dólares) a la adaptación relacionada con la salud.

Indicador 4.10: Financiación de la adaptación sanitaria procedente de los mecanismos mundiales de financiación del cambio climático. Entre 2003 y 2017, entre el 0,96% del total de la financiación para la adaptación al desarrollo, que fluye a través de los mecanismos mundiales de financiación del cambio climático, se dedicó a la adaptación sanitaria.

Sección 5: Compromiso público y político

La gobernanza y compromiso mundial son imprescindibles en el compromiso público y político con la salud y el cambio climático. La ONU y la Conferencia anual de las Partes tienen un papel importante a la hora de influir claramente en los medios de comunicación y promover el compromiso científico y político con la salud y el cambio climático.

En las secciones anteriores de este informe se han presentado las conclusiones sobre los impactos de los riesgos climáticos, la adaptación y la resiliencia, los beneficios colaterales de la mitigación y la financiación y la economía. Todos estos factores dependen de la política, que a su vez depende del compromiso público y político.

Indicador 5.1: cobertura de los medios de comunicación sobre la salud y el cambio climático. La cobertura periodística mundial de la salud y el cambio climático ha aumentado en un 78% desde 2007, con picos marcados en 2009 y 2015, coincidiendo con la 15ª y 21ª COP (Conference of the Parties), respectivamente.

Indicador 5.1.1: Información periodística global sobre salud y cambio climático. Desde 2007, la cobertura periodística de la salud y el cambio climático ha aumentado un 78% en todo el mundo. Sin embargo, esta tendencia está impulsada en gran medida por los periódicos del sudeste asiático.

Indicador 5.1.2: Análisis en profundidad de la cobertura periodística sobre salud y cambio climático. Sólo una pequeña proporción de los artículos sobre el cambio climático mencionaron los vínculos entre la salud y el cambio climático. 

Indicador 5.2: Salud y cambio climático en la literatura científica. Desde 2007, el número de artículos científicos sobre salud y cambio climático se ha triplicado con creces.

Indicador 5.3: Salud y cambio climático en la Asamblea General de las Naciones Unidas .  No hay una tendencia general en las referencias al debate general de las Naciones Unidas sobre la salud y el cambio climático, pero el número de referencias alcanzó un máximo en dos ocasiones, en 2009 y en 2014.

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