Publicado por Equipo #PorElClima el Miércoles, 23 Marzo 2022
Equipo #PorElClima

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26) de noviembre de 2021 el Informe de la encuesta mundial de la OMS sobre Salud y Cambio Climático 2021. Esta publicación ofrece una valiosa instantánea de los progresos generales realizados por los gobiernos en el ámbito de la salud y el cambio climático hasta la fecha, así como una visión de lo que queda por hacer para proteger a sus poblaciones de los impactos sanitarios más devastadores del cambio climático.

La encuesta mundial de la OMS se realiza cada tres años y se envía a las autoridades sanitarias nacionales, que en colaboración con otros ministerios y partes interesadas, proporcionan información actualizada sobre áreas clave como: liderazgo y gobernanza, evaluaciones nacionales de vulnerabilidad y adaptación, preparación ante emergencias, vigilancia de enfermedades, medidas de adaptación y resiliencia, financiación del clima y la salud, y mitigación en el sector sanitario. La participación en la encuesta ha aumentado considerablemente a lo largo de los años, y a pesar de la pandemia COVID-19, en 2021 participaron 95 países.

La respuesta sanitaria al cambio climático tiene lugar en el contexto de la actual pandemia de COVID-19, la continua degradación ambiental y la pérdida de biodiversidad, las desigualdades socioeconómicas y una inversión insuficiente crónica en los sistemas de salud. Donde hay datos disponibles, el informe tiene como objetivo proporcionar conclusiones sobre estos desafíos interrelacionados.

Principales conclusiones:

  1. Aproximadamente dos tercios de los países encuestados (67%) han realizado una evaluación de la vulnerabilidad y adaptación al cambio climático y la salud. Los resultados están sirviendo de base a las políticas y programas sanitarios, pero siguen teniendo una influencia limitada en la asignación de recursos humanos y financieros.
  2. Más de tres cuartas partes de los países encuestados (77%) han desarrollado planes o estrategias nacionales de salud y cambio climático. Sin embargo, su aplicación se ve obstaculizada por la insuficiencia de financiación, recursos humanos e investigaciones.
  3. Alrededor de la mitad de los países encuestados (52%) afirman que la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en su labor de protección de la salud frente al cambio climático, desviando personal y recursos sanitarios y ralentizando la aplicación de medidas de protección. Sólo un tercio de los países encuestados (33%) ha aprovechado la oportunidad para incluir consideraciones sobre el cambio climático y la salud en sus planes de recuperación tras la COVID-19.
  4. Se está avanzando en el desarrollo de la colaboración intersectorial en materia de políticas y programas relacionados con la salud y el cambio climático. La mayoría de estas colaboraciones (>75%) incluyen la representación de partes interesadas o sectores que se ocupan de los determinantes ambientales de la salud, como los servicios de agua potable, saneamiento e higiene, aire limpio y servicios meteorológicos. La representación de partes interesadas o sectores centrados en los determinantes estructurales y sociales de la salud, como la educación, la planificación urbana, la vivienda, la energía y los sistemas de transporte, es menos frecuente (40%-50%).
  5. Menos del 40% de los países incluyen información meteorológica y climática en sus sistemas de vigilancia sanitaria respecto de las enfermedades sensibles al clima.
  6. Sólo un tercio de los países encuestados dispone de sistemas de alerta temprana sanitaria basados en el clima para las enfermedades relacionadas con el calor (33%) o las lesiones y la mortalidad por fenómenos meteorológicos extremos (30%), a pesar de que existen pruebas sólidas de que estos riesgos están aumentando en todo el mundo.
  7. El personal sanitario está cada vez más informado sobre la conexión entre el cambio climático y la salud (en el 42% de los países se imparte algún nivel de formación), pero es necesario realizar más esfuerzos para garantizar e integrar la formación del personal de la salud.
  8. Un número creciente de países (27%) ha realizado evaluaciones de la resiliencia climática de sus instalaciones sanitarias.
  9. Sólo una pequeña proporción de los ministerios de sanidad de los países de renta baja y media-baja (28%) reciben actualmente fondos internacionales para apoyar su labor en materia de cambio climático y salud. El acceso a los fondos internacionales debe ampliarse considerablemente para alcanzar los niveles necesarios para proteger la salud frente al cambio climático.
  10. Los países han aumentado significativamente las consideraciones sanitarias en sus contribuciones determinadas a nivel nacional. Casi todas (94%) de las 142 contribuciones determinadas a nivel nacional publicadas en 2020-2021 mencionan la salud, en comparación con el 70% de las 184 contribuciones determinadas a nivel nacional de 2019. Los beneficios para la salud de la mitigación del cambio climático se mencionan ahora en el 28% de las contribuciones determinadas a nivel nacional, frente al 10% en 2019.

[VER PUBLICACIÓN: World Health Organization (November 2021). 2021 WHO Health and Climate Change Survey Report]