Publicado por Super User el Jueves, 02 Diciembre 2021

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha elaborado el primer Índice de Riesgo Climático de la Infancia (IRCI) para determinar el nivel de las amenazas medioambientales en cada país, desde altas temperaturas, sequías, inundaciones o contaminación por plomo. Los resultados se publicaron el pasado 20 de agosto de 2021 en el informe La crisis climática es una crisis de los derechos del niño.

La crisis climática constituye el principal desafío de esta generación en lo que respecta a los derechos humanos y del niño, y sus consecuencias ya están siendo terribles para el bienestar de la infancia en todo el mundo. Saber dónde y de qué forma los niños son particularmente vulnerables a esta crisis es fundamental para preparar una respuesta.

El IRCI clasifica a los países en función de la exposición de niñas y niños a las situaciones climáticas extremas, como ciclones u olas de calor, así como su vulnerabilidad a esas perturbaciones según el acceso que tienen a los servicios esenciales. Su propósito es contribuir a priorizar las medidas dirigidas a quienes corren un mayor riesgo y, en última instancia, garantizar que los niños hereden un planeta habitable.

El informe incide en que los países que menos gases invernadero producen son precisamente los que más sufrirán las consecuencias de la crisis climática. República Centroafricana, Chad, Nigeria, Guinea y Guinea Bissau aparecen como las naciones donde los menores tienen más riesgo de sufrir los efectos del cambio medioambiental. Sin embargo, España ocupa el puesto 117 de 163 países.

Según el documento, todavía hay tiempo para actuar, mejorando el acceso de los niños a los servicios esenciales, como el agua y el saneamiento, la salud y la educación, para aumentar significativamente su capacidad de sobrevivir a estos peligros climáticos. 

En este sentido, UNICEF hace un llamamiento para que se aumenten las inversiones en la adaptación al clima y la resiliencia en servicios clave para las niñas y niños, en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y en ofrecer a los menores educación climática y "habilidades verdes" para su adaptación a los efectos de la crisis climática. Además, el informe pide que se incluya a los jóvenes en las negociaciones y decisiones nacionales, regionales e internacionales sobre el clima y se garantice que la recuperación de la pandemia de la COVID-19 sea ecológica, baja en emisiones de carbono e inclusiva.

Otro motivo de esperanza que se refleja en el informe es el poder de los niños y los jóvenes, que se han estado movilizando durante la pandemia de la COVID-19 y han expresado su papel como partes interesadas clave a la hora de tomar medidas contra la crisis climática. Es por ello, que resulta fundamental que los Gobiernos y las empresas escuchen y prioricen las acciones que protejan a los niños de los impactos de la crisis que han heredado.

[VER PUBLICACIÓN: UNICEF (2021). La crisis climática es una crisis de los derechos del niño: Índice de Riesgo Climático de la Infancia]

Foto de Nilesh Panchal en Pexels.