Publicado por Super User el Jueves, 21 Octubre 2021

DKV y ECODES han presentado el informe del Observatorio de Salud y Medioambiente "Cambio Climático y salud. La lucha contra el cambio climático, el mayor reto para la salud mundial del siglo XXI".

El informe de 2021, en el que han participado más de 20 expertas y expertos, tiene como objetivo concienciar del gran impacto que supone el cambio climático en nuestra salud y cómo abordar el cambio climático podría ser la mayor oportunidad para la salud pública global del siglo XXI.

La publicación, dividida en bloques, comienza mostrando cómo se produce el calentamiento global que origina el cambio climático, qué es el acuerdo de París o por qué el cambio climático y la salud interaccionan en la educación.

Recoge información sobre el seguimiento de las conexiones entre salud pública y cambio climático según los últimos informes de The Lancet Countdown con datos alarmantes como: 

  • De 2000 a 2018, la mortalidad relacionada con el calor en personas mayores de 65 años aumentó un 53,7%.
  • De 1950 a 2018, la idoneidad climática global para la transmisión del dengue aumentó un 8,9% para el Aedes aegypti y un 15,0% para el Aaedes albopictus.
  • De 1981 a 2019, los rendimientos de los cultivos han experimentado reducciones significativas: 5,6% para el maíz, 2,1% para el trigo de invierno, 4,8% para la soja y 1,8% para el arroz.

En el segundo bloque se revisan las últimas investigaciones sobre la incidencia del cambio climático tanto de los impactos directos sobre la salud como los causados por las olas de calor, las sequías, el aumento del nivel del mar, las inundaciones, huracanes, etc. (según la OMS en la última década del siglo XX se produjeron aproximadamente 600.000 muertes en el mundo por este tipo de desastres). También los principales impactos indirectos a través de los sistemas naturales: enfermedades respiratorias y alérgenos, enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua y enfermedades transmitidas por vectores (en un clima más cálido aumentan las enfermedades transmitidas por vectores) y los efectos indirectos a través de los sistemas socioeconómicos: inseguridad alimentaria y del abastecimiento de agua y desnutrición, disminución de la capacidad laboral y el mayor sufrimiento para los grupos más vulnerables y por último desplazamientos forzados. Además, hay que tener en cuenta que la pandemia del COVID 19 está teniendo un fuerte impacto sobre la seguridad alimentaria, y, a corto plazo, ha incrementado el número de personas que padecen hambre en una horquilla entre 83 y 132 millones de personas.

Un tercer bloque analiza la pandemia de la COVID-19 y los bosques, la naturaleza y la biodiversidad como fuentes de salud en relación con el cambio climático. Se destacan las investigaciones que ponen el foco en la necesidad de preservar la biodiversidad de los ecosistemas como protección frente a futuros virus. También se señala la dimensión medioambiental del problema de las súper-bacterias resistentes a los antibióticos y cómo puede agravarse por efecto del cambio climático con unas cifras estimadas de que previsiblemente en el año 2050 estos microorganismos provoquen unos 10 millones de fallecimientos anuales en el mundo, un millón de ellos en Europa.

Además, se plantean las Soluciones basadas en la Naturaleza (o SbN) como un enfoque de trabajo que persigue dar solución a problemas específicos utilizando la naturaleza como mejor alternativa frente a las soluciones de ingeniería o arquitectura tradicionales. Pueden diseñarse infinidad de SbN destinadas a dar solución a problemas muy diversos, desde problemas estrictamente ambientales, como la mejora de la calidad del aire, las aguas o la mitigación y adaptación al cambio climático, pero también sociales, como son aquellos de relacionados con la integración social; económicos, como la lucha contra la pobreza; o de salud, como la reducción de riesgos ambientales y la mejora de la salud mental, por señalar algunos ejemplos.

El último bloque se centra en las actuaciones de la comunidad sanitaria frente al cambio climático. Se analiza cómo contribuye el sector sanitario al ser responsable de una importante contribución a las emisiones causantes del cambio climático (si el sector de la salud fuese un país sería el quinto emisor más grande del planeta, un 4,4 % de las emisiones globales netas. Salud sin Daño / Arup, 2019) y la oportunidad que supone reducir su huella climática. Además, se aborda la posición única de los profesionales de la salud, un colectivo que tiene la confianza, el respeto y la autoridad para informar de manera efectiva -tanto a los pacientes, sociedad en general y tomadores de decisiones- sobre las amenazas que suponen los efectos del cambio climático a la salud pública y se detallan acciones propuestas a los profesionales de la salud frente al cambio climático.

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